La importancia de la visión periférica en el fútbol profesional

En el fútbol profesional, ver más allá de lo que está frente a los ojos puede marcar la diferencia entre un pase exitoso y una pérdida de pelota. La visión periférica es una de las capacidades visuales más entrenadas en el alto rendimiento, y la ciencia del deporte la considera clave para la toma de decisiones y la anticipación en el juego.

Por qué la visión periférica define el ritmo del juego

La visión periférica es la habilidad de detectar estímulos fuera del foco visual central. En el fútbol, esto permite a un jugador percibir la posición de sus compañeros, los movimientos de los rivales y el recorrido de la pelota sin necesidad de mirar directamente.

Según la FIFA y la AFA, el desarrollo de esta capacidad está directamente relacionado con la eficacia en la toma de decisiones. Un mediocampista con buena visión periférica puede recibir, girar y pasar en un solo movimiento porque “ve” el contexto antes de tocar la pelota.

Estudios citados por IFAB y ESPN señalan que los futbolistas profesionales registran un rango visual periférico mucho más amplio que el promedio. Mientras una persona común tiene un ángulo efectivo de 120°, los jugadores entrenados alcanzan entre 160° y 180°, lo que les permite detectar amenazas o espacios sin mover la cabeza.

Entrenar los ojos para leer el juego

La visión periférica se entrena igual que la fuerza o la velocidad. Los equipos de Primera División, especialmente en Europa y Sudamérica, han incorporado programas de entrenamiento visual que combinan ejercicios oculares, tecnología LED y simuladores cognitivos.

La AFA explica que estos entrenamientos buscan mejorar la lectura del entorno, algo esencial para quienes juegan en posiciones centrales. Los ejercicios más comunes incluyen:

  • Paneles de luces o Fitlight: el jugador debe identificar y reaccionar a estímulos que aparecen en los bordes de su campo visual.
  • Gafas estroboscópicas: reducen la frecuencia visual durante el juego para aumentar la capacidad de anticipación.
  • Simuladores VR (realidad virtual): recrean situaciones de partido para entrenar la visión panorámica y la toma de decisiones bajo presión.

Casos y ejemplos de jugadores con visión periférica excepcional

Futbolistas como Lionel Messi, Luka Modrić o Kevin De Bruyne son mencionados por entrenadores y analistas como ejemplos de jugadores con una lectura espacial extraordinaria. Messi, por ejemplo, combina visión periférica con memoria visual: parece saber dónde están todos los jugadores incluso antes de recibir el pase.

En declaraciones a TyC Sports, ex preparadores de la Selección Argentina señalaron que el “mapa mental del campo” es una habilidad entrenable. Jugadores con alto nivel de percepción visual logran identificar líneas de pase imposibles para quienes solo enfocan la mirada en la pelota.

La ciencia detrás de la visión periférica

Desde la neurociencia, se sabe que el lóbulo occipital y las áreas visuales secundarias del cerebro procesan la información lateral de forma automática. En un partido, esta información permite anticipar trayectorias, evitar choques y decidir con mayor velocidad.

La FIFA Medical Centre of Excellence indica que la visión periférica es parte del entrenamiento cognitivo general: mejora la coordinación ojo-mano, la orientación espacial y el tiempo de reacción.

En términos fisiológicos, el ojo humano usa células llamadas bastones, más sensibles al movimiento, para captar información en la periferia visual. Cuanto más se estimula este sistema, mayor es la capacidad del jugador para percibir el entorno completo del campo.

Beneficios tácticos y preventivos

Una buena visión periférica no solo mejora el rendimiento técnico, sino que reduce lesiones. Al percibir rivales que llegan desde zonas laterales, los futbolistas pueden ajustar su postura o anticipar contactos físicos.

Además, a nivel táctico, los jugadores con visión amplia facilitan la circulación de la pelota, mantienen la posesión y mejoran la sincronización del equipo. En esquemas de presión alta o salida desde el fondo, esta capacidad visual resulta fundamental.

La visión periférica es una ventaja invisible, pero decisiva. En un fútbol cada vez más rápido, ver más allá del punto de enfoque significa pensar y jugar un segundo antes que el rival.

Seguí en El Viejo VAR cómo la ciencia y el entrenamiento visual están transformando la forma de ver —y jugar— al fútbol moderno.

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De qué hablamos: 

Visión periférica, neurociencia del deporte, entrenamiento visual, percepción, fútbol profesional.

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