¿A qué jugamos?

Días enteros en el potrero, veranos enteros dándole a la pelotita. Era desayunar, salir y volver a entrar cuando nos llamaban a comer. Se almorzaba lo más rápido posible porque había que salir a la cancha. Se volvía a la merienda y otra vez era comer a la velocidad de la luz.

Cuando el sol se empezaba a esconder, los equipos se iban desarmando, pero mientras el dueño de la pelota no se fuera, con achicar un poco la cancha y los arcos bastaba.

¿A qué jugamos?
¿Te pasabas el verano en la canchita?

Adentroooooo!! Y bueno, termina el día, y hay que descansar para el partido de mañana… aunque no siempre estábamos todos, y no llegábamos ni a armar un equipo. Ahí nos mirábamos y decíamos… ¿A qué jugamos?

Arco a arco

Su nombre lo dice, y basta con apenas dos jugadores para esta competencia a pura precisión. Se juega en la cancha normal, y cada participante juega en una mitad, sin poder pasar a la otra. El juego comienza con uno de los participantes pateando al arco contrario.

En principio suena difícil hacer un gol desde la distancia, y con arquero, pero a medida que transcurre el juego se pone interesante. La adrenalina se presenta cuando hay un rebote, y la pelota se acerca a la mitad de la cancha. El jugador que pateó puede tener otra chance si la bocha vuelve a cruzar a su mitad, pero el que atajó puede apurarse a agarrarla para que no pase a campo rival. Si patea antes que cruce y erra, deja su arco desprotegido, si la mete bien, o puede pararla y hacer una pausa.

Es un juego de paciencia y estrategia, además de precisión y potencia. Puede jugarse uno contra uno, dos contra dos; si hay más gente, no tendría sentido jugarlo, mejor hacer un picadito.

Paredón

Diríamos que hasta tres jugadores va bien. La idea de este juego es que los participantes se paren adelante de una pared, y cada uno tiene que hacer un pase haciendo rebotar la bocha en la pared, alternadamente. O sea, arranca Juancito, le pega y la pelota rebota, va Pepe y le pega él. La pelota rebota para el otro lado, Juancito la corre y llega a pegarle casi cayéndose. Pepe llega tranqui y le pega más fuerte para el otro lado. Juancito corre pero la pelota se va lejos, y ya no llegó.

Hay rebotar la pelota buscando que el rival no llegue a pegarle

Se puede jugar a un solo toque para hacer el pase, o que la pelota después del rebote en la pared pique sólo dos veces, o que el punto llegue cuando la pelota se detiene y el jugador no llega a pegarle en su turno.

La idea es hacer que la pelota rebote lejos para hacer correr al rival y que no llegue, ganando así el punto. Un juego dinámico que ayuda al control de pelota.

Fútbol tenis

El ya famoso fútbol tenis siempre rinde. En la calle usábamos las divisiones del pavimento, que al menos en nuestros pagos eran rectángulos que servían perfectamente como líneas límite. Pero cualquier tipo de división sirve, y si no hay red no importa, se juega igual.

Para más nivel, podemos tirar unas sillas, poner unos tachos, o para los más sofisticados, una soguita.

Con o sin red, un fútbol tenis siempre es buena opción

El 25

Una de las mejores formas de jugar a la pelota y aprender matemáticas. Este juego consiste en llegar a los 25 puntos, en un arco, y con al menos 3 jugadores.

Nuestra recomendación es al menos 4, para darle más dinámica. Uno de los jugadores es el arquero, quien lógicamente debe evitar que los otros players lleguen a 25 puntos, y evitar la prenda. Y decimos puntos, porque no todos los goles valen como uno:

  • Gol normal: 1 punto
  • Gol de cabeza: 5 puntos
  • Gol de rabona: 10 puntos
  • Gol de chilena: 25 puntos

El juego consiste en ir armando jugadas y meter los goles, pero sólo se puede tocar la pelota una vez, o si se acuerda antes, dos toques como máximo. Si ya la tocaste el máximo de veces permitido, otro compañero tiene que venir a rescatarte, si la tocas más de lo permitido, vas al arco.

Obviamente nadie quiere ir al arco, por lo que no sólo hay que evitar tocarla muchas veces, sino que si pateas al arco, tenes que asegurarte de no tirarla afuera, porque si pasa eso cambias el puesto por el compañero que estaba atajando.

¿A qué jugamos?

Todos contra el arquero, para llegar a 25

Otra forma de caer en el arco es a través del quemado, instancia que se da cuando el jugador que está atajando tiene la pelota en su poder. El arquero sólo puede moverse en su área, y si logra agarrar la pelota interceptando un ataque, inmediatamente puede gritar “quemado” y lanzarle la bocha a uno de los jugadores, y “quemarlo” para que este pase a atajar. Misma situación si detiene un remate, o se reinicia el juego por un gol convertido.

Toque de acá, toque de allá y llegamos a los 25. Lo lamentamos por el jugador que en ese momento está en el arco, porque debe cumplir una prenda. Lo más general, es que todos deben darle una patadita en el traste. Como somos todos amigos, lo usual es que sea un toque suave como para cumplir y listo, pero siempre hay alguno que se desubica.

Para evitar problemas, la prenda puede ser otra cosa, como hacer flexiones, jueguitos, o lo que se les ocurra.

Hay un sinfín de juegos que podríamos nombrar, pero estos son los más memorables, los que nos salvan las papas de los días sin gente para el picadito. ¿Vos te acordas de alguno más?

Nos vemos en el VAR

El Viejo Var. Un espacio donde nos juntamos a opinar de fútbol, sin verdades absolutas pero con mucha pasión.

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